Estamos a pocos días de la Navidad. Pasaron las ventas especiales del viernes del madrugador. Sigues viendo ofertas tentadoras para comprar lo que necesitas y lo que no también. Te toma más tiempo llegar a tu destino pues parece que “todo el mundo” decidió salir a la carretera al mismo tiempo. Ya casi no quedan árboles de Navidad y, mucho menos, adornos. Llegas al centro comercial a comprar “ese regalo de última hora” y no encuentras tu estacionamiento favorito. Cuando entras a la tienda no aparece lo que estabas buscando “porque el barco no llegó”. Encuentras otro artículo y la fila para pagar es interminable.
Mientras te arreglas para ir a la fiesta del día, te preguntas: ¿a quién se le ocurre programar tantas actividades al mismo tiempo y en tan pocos días? ¡Y tienes que ir a todas aunque te estés cayendo del cansancio! Te parece conocido . . . igual que en la oficina, todas las reuniones a la vez y requieren tu presencia, todas son importantes. Repasas la lista mental de todos los regalos para tus seres queridos, amistades y relaciones de trabajo. Ya los tienes. Algo más que puedes sacar de tu lista de pendientes. De momento, te das cuenta de que no tienes ningún regalo “de ti para ti”. Detente. Piensa. Reflexiona sobre tu carrera y sobre lo que verdaderamente necesitas. Regálate algo que te sea de provecho para tu desarrollo profesional y que contribuya a que logres lo que te has propuesto. Un libro, una suscripción a una revista profesional, una membresía a una organización profesional, un adiestramiento presencial o a distancia, una certificación que añada más valor a tu marca, una conferencia anual, un resumé actualizado, un plan de coaching. Tu mejor regalo “de ti para ti” será el tiempo y los recursos que inviertas en tu desarrollo. Esos contribuyen a tu hoy y a tu futuro. ¡Felicidades!
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AuthorNorma Dávila Archives
August 2018
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